Armas de destrucción lingüística. NORMAL.

El lenguaje es una herramienta poderosa, tanto que escapa a nuestro control muy a menudo. ¿Y cómo escapa a nuestro control?. El lenguaje se torna peligroso cuando no somos concretos y utilizamos por ejemplo, las peligrosas palabras generalizadoras, o palabras que llevan asociados significados que no le son propios.

Pues, a mi entender, una de las palabras más peligrosas que hay es “Normal”. Porque, si pensamos en un significado puro, sería el valor que más se repite. Pero, normal carece de valoración subjetiva. Normal no es bueno ni malo.

Pero, la cosa cambia cuando normal cobra un nuevo significado, y se asocia a bueno.

Y aquí vienen los problemas. En cualquier conversación se utilizará el término normal para definir tanto el comportamiento más extendido, como el único válido por ser el bueno.

Pensemos en las veces que hemos vivido ese uso.

“Lo normal es que acabes de estudiar y empieces a trabajar. “
“Eso de comer lechuga (refiriéndose a los veganos) no es normal”.
“Ya, pero nadie va vestido así”. (Una variación de lo normal).
“Lo normal es que te cases y después tengas hijos”.
“Tío, tú no eres normal”.
“¡Anormal!, ¡Cenutrio!” (Diego de los Serrano lo utiliza con frecuencia).
“Lo normal no es llevar una cresta”.
“¿Por qué no saldré con una tía normal?” (Utilizado por chicos o chicas)
“¿Por qué no saldré con un tío normal?” (Utilizado por chicas o chicos)
“Eso que has hecho no es normal”

De hecho, es gracioso pensar que el término común es neutro e incluso negativo por ser carente de interés (es un tío común) y vulgar, que una de sus acepciones es común (aunque se refiera al vulgo), posea valor negativo. Así tenemos que, por una parte, normal es bueno, común es neutro, y vulgar es malo. Y el término diferente también lleva implícito un valor negativo.

¿Os gusta ir con la corriente social y cultural?. Si es así, sois normales. Sino, sois anormales. Lo cual no significa que seáis malos, sino distintos.

Hemos detectado una peligrosa arma de destrucción lingüística. Que no nos engañen, lo normal no es lo bueno. De hecho, cuando hablábamos de la realidad, dijimos que esta realidad se nos ha impuesto sin que pudiéramos elegir. Y esta realidad es artificial, como cualquiera creada por el yo. Así que alejarse del comportamiento normal tampoco debe ser demasiado malo, ¿no?.

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